sábado, 30 de agosto de 2008

Algunos decían que lo suyo no era normal, que era tan sumamente extraña que a veces daba miedo, que a veces no podias mantenerle la mirada más de un segundo y que a veces sus expresiones decían mil palabras que nadie escucharía ni pronunciaría tan bien como ella. Decían que tenía escondidos cientos de recuerdos en un cajón y que a veces los sacaba y los volvía a guardar para no perderlos, que con ellos a veces lloraba y a veces reía y que a veces hasta lloraba de la risa. Decían que todo giraba en torno a ella, que si estornudaba, todos los corazones latian más fuerte y que a veces le gustaba imaginar cosas inimaginables para la mente humana. Ella se limitaba a sonreir.